viernes, 1 de julio de 2011

Produccion de materiales en la educacion a distancia

Produccion de materiales en la educacion a distancia

 

Los materiales en Educación a Distancia son el conjunto de informaciones, orientaciones, actividades y propuestas que el sistema a distancia elabora ad-hoc para guiar al alumno en su proceso de aprendizaje. Éstos se presentan en diferentes soportes (impreso, audiovisual, informático) en cuya elaboración y diseño interviene un equipo interdisciplinario compuesto por los siguientes roles; docente experto (autores de contenidos), asesor pedagógico, diseñador gráfico y comunicador social. Cada uno de ellos tiene funciones específicas, pero también complementarias.
En estos apuntes nos vamos a referir a la etapa en la que el docente experto (contenidista) escribe su texto y desarrolla sus ideas, preocupado básicamente por seleccionar, recortar y adaptar los conceptos principales que desea transmitir a su grupo de alumnos. No obstante cabe aclarar que la forma es contenido, es decir forma y contenido integran un totalidad con sentido.
Cuando a los docentes se les solicita la elaboración de contenidos para la educación a distancia, es posible que se genere una confusión con respecto a qué se debe hacer. Para algunos, se tratará de sistematizar el trabajo habitual, pero para otros resultará muy difícil saber sobre qué se deberá trabajar.
¿Por dónde empezar? En primer lugar, es válido considerar que cualquier situación de enseñanza (sea presencial o a distancia) requiere, al menos, pensar en dos direcciones en simultaneidad: la selección de un conjunto de conocimientos que formarán parte del programa, y la elaboración de estrategias metodológicas que permitan al alumno apropiarse de ese conjunto de conocimientos. En ese sentido, cada docente es portador de un enfoque tanto epistemológico como didáctico.
Respecto a la selección del conocimiento, son más los recaudos que las modificaciones que sufren estos contenidos para adaptarse a la modalidad. Una precaución importante tiene que ver con lo que denominamos “vigilancia epistemológica”. Ello refiere a la preocupación por la actualización y relevancia desde el punto de vista conceptual, teórico y práctico; a la explicitación del enfoque o perspectiva, a la inclusión de problemas o
núcleos centrales que traduzcan las formas en cómo esos conocimientos se producen en ese campo de investigación.
Sin embargo, estos recaudos no son exclusivos de la modalidad a distancia. Por el contrario, hacen a la calidad de cualquier propuesta educativa.
Otro aspecto a considerar en relación al tema de los contenidos, se vincula con la  selección y organización de los mismos en un tiempo “a distancia”, que se vivencia desde parámetros distintos a los aplicados en la presencialidad. Los tiempos a distancia son tiempos más flexibles y se integran en la dinámica de la vida personal y laboral del alumno. La relación entre contenidos y tiempo debe guardar coherencia para hacer
factible la propuesta.
Los aspectos vinculados a las cuestiones metodológicas suelen sufrir importantes cambios.
Al pensar en el diseño de materiales para integrarse a propuestas educativas a distancia, se observa que éstos pasan a cumplir nuevas funciones: a la tradicional misión de presentar la información o contenidos, se suma ahora la necesidad de ofrecer una manera de comprensión y apropiación por parte de los alumnos. Los materiales educativos deben incluir una propuesta de enseñanza, que se complementará con otras estrategias
propuestas a través del curso a distancia: foro, videoconferencias, comunicación por mail,
etc.
En este sentido, la propuesta de enseñaza deberá, al menos, materializase a través de dos estrategias:
1. Una selección y organización de la información a través de diversas fuentes: impresa, digital, audio,
video, imágenes, etc.
2. Una propuesta de actividades sobre cómo acceder, comprender y trabajar con la información propuesta.
Con respecto a la primera, la actual tendencia en educación a distancia se orienta a utilizar el material ya disponible en soportes tradicionales (libros, revistas, etc. resolviendo el problema del acceso) y lo publicado en Internet. Desde este punto de vista, la idea de generar materiales autocontenidos pierde vigencia por diversos motivos; lo difícil de su producción (en tiempo, esfuerzo y costo económico); la rapidez con que dichos materiales se desactualizan; y la dificultad de contar con docentes que investigan y producen en su propio campo de conocimiento. La intención, en todo caso, es vincular al alumno a las fuentes primarias, a los autores que más significativamente aportan al estudio de la temática. Sobre este aspecto podemos advertir que:
• Queda como tarea prioritaria para el docente de la modalidad a distancia, construir el puente entre la fuente primaria y el alumno. Para ello, se elaboran distintos tiposde materiales que intentan promover la comprensión de conceptos, el establecimiento de relaciones, comparaciones, diferenciaciones, perspectivas, problemáticas
centrales, contradicciones, el planteamiento de buenas preguntas.
• En la producción de materiales educativos, el uso de tecnología aumenta la posibilidad de integrar múltiples fuentes de información, utilizando diversos lenguajes: la imagen (fija o en movimiento), el sonido, la simulación, lo textual. El desafío es superar la yuxtaposición de discursos para lograr la convergencia en una
integración total que de cuenta de un sistema de representación nuevo de la información objeto de estudio. Esta idea es de difícil concreción, por eso hablamos de desafío. Los docentes estamos acostumbrados a valorizar, y por ende seleccionar, materiales de tipo textual, ya sea impresos o digitalizados. Es aun lento el proceso a través del cual aceptamos con igual valor académico otras fuentes de información, por ejemplo: un video, una fotografía, una videoconferencia, etc. Justamente, la tecnología facilita modos de interacción entre diferentes formas expresivas y la utilización de diversos soportes, por lo que queda abierta una invitación interesante  para pensar las producciones educativas.
• En esta misma línea de desafíos, otro concepto clave es el de hipertextualidad. La intertextualidad es una forma de producción textual que nos acompaña desde hace mucho tiempo. No obstante, hoy la tecnología nos facilita la conexión de muchos textos en uno. Si de lo que se trata es de
construir un puente entre las fuentes primarias y el alumno, la producción del docente se orientará a presentar y a enmarcar en la propuesta didáctica diferentes textos, diversas fuentes de información que sumen distintos lenguajes, como se hacía referencia en el punto anterior.
En relación con el diseño de actividades, la preocupación que subyace durante la producción de un material educativo se refiere a cómo el alumno construirá el conocimiento no estando disponible el encuentro cara a cara, el contacto directo. La posibilidad de intercambio, del diálogo, entre docente y alumnos y entre los mismos alumnos es, hasta ahora, una necesidad irremplazable. A través de la propuesta de actividades, se intentará de algún modo, promover el diálogo entre los diferentes actores, y entre éstos y el conocimiento.
Al respecto, a modo de recomendación, podemos señalar lo siguiente:
• Las actividades pueden ser de diverso tipo, según sea el campo de conocimientos que se trate. Abiertas o estructuradas; pueden organizarse por tema, por unidad, por núcleo problemático; pueden circunscribirse al material que se incluye en la propuesta, o bien, sugerir la aplicación al contexto; pueden formularse en forma de preguntas o tareas, etc.
• En todos los casos, las consignas deben ser redactadas cuidadosamente, quizás con detalles minuciosos que parezcan obvios en una primer instancia. De lo que se trata, es de acompañar a la distancia y adelantarnos a problemas que pudieran surgir por falta de comprensión de las consignas.
• Las actividades de aprendizaje deben ser pensadas como desafíos para los alumnos. Un alumno a distancia no invertirá su escaso tiempo en tareas de reproducción de la información que no le ofrezcan alguna utilidad extra. El alumno, si bien está en proceso de aprendizaje, conoce de sus necesidades y sus formas de estudio. No se trata de favorecer el activismo para que el alumno reconozca la presencia del docente. De lo que se trata es de proponer actividades que realmente signifiquen esfuerzos cognitivos, actividades complejas que supongan la integración de conceptos, relaciones, perspectivas, que permitan revisar preconceptos y reflexionar sobre el propio proceso de construcción de conocimientos. Finalmente, podemos decir que la educación a distancia reconfigura la práctica docente, por ende, la forma en cómo el conocimiento se transmite, se recepta y se resignifica. Los materiales educativos, junto con los mecanismos propuestos de interacción, son los pilares donde se asienta una propuesta de calidad educativa en esta modalidad. Por lo tanto, el diseño de materiales educativos en soporte digital exige por parte de los docentes, al menos plantearse la posibilidad de introducir modificaciones en su organización y en las estrategias educativas que se incluyen.

Referencia
http://www.proed.unc.edu.ar/boletin/octubre_2007/ap_aps_gabi.pdf:

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